~ ¿A sí? Pues vale. Que es que ¿ya no soy nada para ti? Para mi también es una cárcel, pero con una flor indicándome y apollándome.
- Lo siento, yo te quiero.
~Ya, claro, se nota. Si de verdad me quieres no te vayas, piensa que si te vas en un momento no nos veremos más, yo pasaré por la calle tras salir de mi trabajo y tu estarás mendigando.
- Ya lo sé. Yo haría lo que fuera por estar contigo.
~ ¿Seguro?
- Claro que estoy seguro, te quiero más que a nadie en el mundo.
~ Pues si eso es verdad, solo tienes que hacer una cosa.
- ¿El que?
~ Demostrármelo
- ¿y como?
~ Si verdaderamente me quieres, quédate estudiando aquí, en un futuro estaremos juntos, los dos trabajando y viviendo juntos. Estaremos cuidando a los niños y a la familia. En fin, nos querremos mutuamente. Tu elige lo que quieras, ya yo te dejé las cosas claras.
- Vale, me quedaré, ¿y sabes porque?
~ ¿Por qué?
- Porque te quiero
No hay comentarios:
Publicar un comentario